ESTACIÓN CENIZA
Por: Diana Ardila.
En aquella alejada
y pequeña aldea, la espesa nieve no cesaba de caer, cual cascada impetuosa sobre los tejados de las humildes casas, Invernalia, ese era su nombre, donde
el silencio era interrumpido
únicamente por los fuertes vientos y algunos animales que jugueteaban amistosamente por sus
calles. Sus habitantes desde el interior de las viviendas
vivían acorralados por el temor y la angustia,
trataban de mitigar la situación, anidando en sus pensamientos el ferviente
deseo que muy pronto el cambio de estación se diera; que difícil era para grandes y chicos, sentir
el frio penetrante hasta helar los mismos huesos, día tras día
esperando que todo fuese diferente, transcurrían, meses
y años; todo permanecía igual.
Inusualmente se empezaron
a dar cambios, las desaparecidas calles
empezaban a divisarse, al igual que los
avisos de las tiendas de comercio, ya las
ramas de los árboles poco a poco
permitían ver sus follajes, la nieve
poco a poco se derretía y comenzaba a desaparecer. El tan esperado fin del invierno comenzaba a ser una realidad.
Todo parecía
ser bueno para
aquella villa. Siendo el medio día, la helada tranquilidad del silencio fue
interrumpida, por una penetrante y
aturdidora carcajada, unos pasos retumbaban y
avanzaban con firmeza desde
el bosque,
se vislumbraba humo, a
través del cual los árboles iban siendo derribados, el cielo se tornó gris, y los pocos rayos de sol se desvanecieron por
completo, relámpagos en forma de flechas
de fuego atravesaban de un lado a otro al pueblo, parecía que una enfurecida fiera salvaje quisiera devorarlo
todo.
El caos se apodero
de los habitantes, corrían desesperadamente en todas direcciones buscando donde salvaguardarse; una imponente figura
se hizo notable, sus grandes ojos rojos como llamaradas, su largo cabello ondulado que permitía ser movido por el viento, en sus manos sostenía un enorme arco listo para disparar las arrasadoras flechas incandescentes,
estaban siendo atacados por la abominable mujer de fuego, así era
nombrada en toda esa región.
Jack el hijo mayor de la familia Brown conocía el despiadado proceder de esta mujer
y valientemente estaba dispuesto a defender su pueblo
y su familia, en medio del peligro y el caos, el muchacho
decidió aproximarse cada vez más para enfrentar a la temible dama de
fuego, a pocos metros de distancia, le preguntó: - ¿Qué quieres? ¿Por qué haces
todo esto?
La temible mujer indignada
por el atrevimiento de aquel joven, pero a la vez experimentando un sentimiento diferente en su corazón. En los años que llevaba invadiendo y asolando
pueblos, nunca nadie había hecho tal
cosa.
La osadía de ese
muchacho hizo que la mujer aumentara su
poder y ahora las llamas también salían
de su cuerpo y fueron más fuertes y numerosas, en ningún momento se detuvieron, fijó la
mirada en aquel joven de ojos color miel, y curiosamente se acercó a él.
Jack asustado y a la vez confundido por las últimas acciones de aquella mujer,
estuvo inmóvil, pensando en la reacción que ella iba a tomar; sin embargo ésta contestó a su pregunta. - Me llamo FIREWORK, y mi
proceder se debe a la necesidad de descargar la ira
y el dolor que me atormentan.
– Jack con voz entrecortada responde:
- ¿Causando dolor a indefensos,
crees que mitigas el tuyo?
Destruyendo vidas y familias enteras podrías estar
en paz?
Ella le contesta:
-He asolado
pueblos completos y todo en mi sigue igual, pero esto hace que me sienta
mucho mejor.- Así dio fin a la conversación.
Destruyó lo que
iba a su paso. La gigantesca llamarada devoró todo,
es así como Invernalia, la aldea
de nieve desapareció. Es ahora Onfire.
Los pocos sobrevivientes intentan renacer de sus cenizas como el ave
fénix; aprender a vivir ahora con otra
estación.
también Jack
desapareció, se rumora que aquella mujer, no es solo una chica en llamas, ahora deambula
en compañía de Man of fire.
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