lunes, 20 de abril de 2015

LA TRAVESÍA DEL CAPITÁN KLETUS

LA TRAVESÍA DEL CAPITÁN KLETUS

POR: Astrid Archila.

Era un tarde  del mes de Octubre, iba el capitán y sus amigos ayudantes en un barco hacia una isla donde tenían secuestrada a la esposa y la hija del señor capitán Kletus, llegaron al sitio destinado, el cual estaba completamente minado y no sabían cómo pasar porqué habían muchos caminos, hasta que llegaron al punto donde supieron que camino escoger pero claro, había una persona que los estaba guiando, un joven que se llamaba Cristancho, ese señor era muy callado, con un rostro petulante y escalofriante,  no sabían si confiar en el camino por el cual aquel tenebroso joven fingía llevarlos o huir por los otros caminos.
Ellos con caras de ¡Auxilio! Se encontraron a un viejo amigo del joven qué los estaba guiando, solía decir que iban por el camino del bien, es decir, el capitán creía que muy pronto iban a llegar donde estaba su amada esposa y su consentida hija, luego el joven los dirigió por un puente de tabla, según él decía “Ya casi vamos a llegar” seguían caminado calladamente detrás del joven mientras el capitán desconfiaba cada vez del dichoso guía y el supuesto amigo del joven, esos dos tramadores se carcajeaban y se susurraban al oído cosa que los hacia desconfiar cada vez más.
Entonces caminaron y caminaron días, semanas, hasta el punto qué se les estaba acabando su comida, estaban muy agotados, tiempo después se encontraron una cabaña, donde justamente ahí el capitán descubrió qué allí estuvo su esposa y su hija, porqué encontró una carta qué su amada esposa le había dejado escondida detrás de un arbusto, él la leyó detenidamente y lloró, pero fue un llanto de alegría, decía “Aún estamos con vida, si están con el joven el supuesto guía no les crean nada, aléjense de él”.
Aquel héroe capitán Kletus con su astucia pudo caer en cuenta que el joven Cristancho solo era un intermedio para llevarlos a donde probablemente iban a ser sometidos, pero no fue así gracias a la maravillosa carta, el capitán pudo deshacerse del joven y su supuesto amigo, se dirigieron por otro camino, ya que por ahí miraban señales de su esposa.
El capitán iba seguro de lo que estaba haciendo y ansioso por encontrar a su familia, hasta que llegaron a aquel inesperado lugar donde tenían a su esposa e hija aquellos maleantes. Sin embargo el capitán seguía buscando detenidamente, esperó otras más de las tantas noches qué había qué tenido que pasar para poder liberar a su familia, llegó el día y alrededor de ellos había unas desconocidas personas que les preguntaron ¿A quién buscáis? Y respondió el capitán -“Hemos estado por más de una semana en busca de mi familia pero aún no la hemos encontrado, si sabéis algo por favor humildes caballeros ayúdenos”.
Los señores al ver la cara de angustia de aquel capitán les dijeron “Sí claro, por aquí es, solo falta cruzar un río” el capitán acabando ya sus últimas esperanzas les hizo caso, logró encontrar a su familia pero se encontró con la desagradable sorpresa qué su consentida hija, la niña de sus ojos había muerto, ya que tenía más de dos semanas sin poder comer nada, ella ya estaba muy agotada, el lloró hasta más no poder pero con la ayuda de su esposa y sus amigos pudo seguir adelante, dio gracias a sus queridos ayudantes que pudieron acompañarlo a dicho rescate.
Y dijo el capitán:

“No fue lo qué quise, pero estoy con la mujer que amo, mi amada esposa”

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