Una gran aventura.
Por: Brenda Carvajal.
RobotMix el héroe de HushCity un humanoide creado para proteger y ayudar a todos los habitantes. Su gran inteligencia le ayudaba a resolver cualquier acertijo, el poder transformarse en cualquier cosa y su capacidad de concentrar energía como ninguna otra.
Él era una persona solitaria a pesar de ser tan conocido en toda la ciudad, consideraba que en todo el mundo solo tenía un amigo, Bross, el único que lo conocía y ayudaba en todo, el que siempre había estado ahí.
- RobotMix te tengo una nueva noticia, Popeyano está planeando tomarse la ciudad con la ayuda de un ejército de clones que está creando, con una máquina que tiene en su cueva secreta-
Como todo héroe tenía un enemigo, el villano que siempre había intentado destruir su ciudad el terrible Popeyano.
Un día como cualquier otro llego Bross y se le acercó para decirle:
-Bross, ¿Tú sabes cómo puedo llegar hasta la cueva de ese delincuente? No puedo dejar que destruya la ciudad.- Le respondió RobotMix.
Al sentir ese olor podrido presiento que hay un caldero abajo esperando mi caída para cocinarme. Bajo inmediatamente las escaleras, siendo precavido, en cualquier momento me pueden tender una trampa -o esto es una trampa- no me importa, sigo bajando lo más rápido posible y es ahí donde unos hombrecillos me atrapan con una red y me amarran los pies, me han quedado inmóvil.
-Debes infiltrarte en su cueva, que se encuentra debajo del viejo y abandonado laboratorio de ciencias de la ciudad-Le dijo Bross.
Siguiendo el consejo de Bross me disfrazo de vendedor ambulante, al llegar a el viejo laboratorio de ciencias, observo que está saliendo una especie de humo verde, con un olor a podrido.
Y es cierto, encuentro el caldero, me acerco a él cuidadosamente, y estando alerta a que no me descubran, me acerco al caldero con el fin de poder quemar la soga que tiene apresados a mis pies.
No puedo reconocer quienes son los hombrecillos, mi vista esta borrosa. Ha pasado media hora después de que me atraparon, abro los ojos, ya veo bien, busco lo más rápido posible algo con lo que me pueda liberar. Pienso en el caldero, debe estar cerca, mi instinto no me ha fallado y no creo que me valla a fallar hoy.
Lo logro, ya recuperando mi movilidad, ahora tengo que encontrar la forma de destruir la máquina que podría acabar con la cuidad, mejor dicho la humanidad.
Y aquí está, Popeyano ha llegado, este se ve fuerte, ágil, como si sus poderes estuvieran triplicados, creo que ha usado el material prohibido, aquel material ácido que proviene del líquido del cuerpo de los muertos, he aquí la respuesta al caldero. Al saber eso ya estoy previsto a cualquier movimiento rápido y fuerte que tenga mi contrincante. Me mira y rápidamente me lanza una bola de fuego, me muevo y la esquivo; en estas condiciones él me podría derrotar.
Escucho unos ruidos que vienen desde afuera, como si alguien estuviera bajando, podría ser Popeyano, empiezo a correr, moviéndome ágilmente para encontrar aquella máquina, pero lo único que encuentro es una ventana por la cual puedo salir de esta cueva.
Corro para buscar la ventana que había encontrado, pero me encuentro con un ejército completo de hombrecillos como los que me habían capturado, pero estos se quedan quietos al verme, en sus ojos puedo percibir que se encuentran prisioneros de Popeyano. Al encontrar la ventana, la abro y empiezo a subir lo más rápido posible para encontrarme fuera del alcance de Popeyano.
No me he dejado vencer, no puedo dejar que acabe la ciudad; mi combate apenas ha empezado. Nos enfrentamos, cuando casi lo he vencido, el ejército de hombrecillos me atrapan, me tumban y me hacen débil. Él ácido que hizo más fuerte a Popeyano, también lo tienen estos hombrecillos. Cuando estos hombrecillos me tienen tumbado, recuerdo un secreto que antiguamente se usaba para acabar los efectos del ácido.
Pero no lo logro, este es increíblemente más rápido y lo encuentro parado justo al frente esperando mi salida.
Allí nos enfrentamos, concentro toda mi fuerza en mis ojos, mirándolo fijamente para que así la energía suficiente se concentre en ellos y pueda utilizar mi laser, y si, lo logro, empiezo a proyectarlo y logro quemarlo. Pero este más rápido de lo que pensé empieza a expulsar agua de su cuerpo, como si fuera una regadera.
Está inconsciente, al girarme, noto que su ejército, ya había hecho algo de su trabajo, había un caos impresionante en la ciudad. Había destruido edificios, estrellado carros.La gente corría de una lado a otro, llenas de pánico, esta no es la ciudad que yo quiero que sea.
Trato de recuperar todas las fuerzas posibles, y percibo que los hombrecillos me han descuidado, se encuentran reunidos con Popeyano. Sigilosamente me levanto y transformo mi cuerpo en una araña, una araña venenosa. Este veneno acabara con el ácido. Los empiezo a atacar, al acabar con todo el ejército, mi fuerza se debilita y vuelvo a mi forma normal.
Popeyano ha descubierto mi secreto, pero a él también ya se le ha acabado el ácido que le súper desarrollaba sus poderes. Empieza a lanzarme bolas de fuego, hago que irradie luz para cegarlo, y me dirijo a él con todas mis fuerzas, lo estrello contra la pared del viejo laboratorio.
Tengo que acabarlo. Acabar con todos sus poderes para así entregarlo a la justicia civil. O si no, entregarlo a la comunidad de héroes. Aquella que se encarga de hacer pagar a todos los villanos del mundo, a gente depravada como este hombre.

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